miércoles, 14 de marzo de 2012

La naturaleza de lo creativo

“La única excusa para crear una cosa inútil es que todo el mundo la admire intensamente. Todo el arte es inútil.” Estas palabras las escribió Oscar Wilde en su prefacio a El retrato de Dorian Gray y cuando lo leí hará unos cuantos años me impresionó. En el texto el autor también hablaba de la belleza (de la que probablemente escriba alguna nota) y de los límites del arte (de los que seguro tarde o temprano haré una entrada) entre otras cosas, pero fue ese concepto sobre la inutilidad el que me impactó entonces.
Antes de continuar debo aclarar que no creo que el arte sea una pérdida de tiempo, entre otras cosas por que yo (que soy músico) también he dedicado una parte de mi vida a ello. Lo que aquí se plantea es si el arte posee o debe poseer una finalidad didáctica, moral, política o de cualquier tipo. Una vez aclarado esto vuelvo a lo mío.
Cuando El retrato de Dorian Gray fue a parar a mis manos era un poco más joven que ahora y tan ignorante como hoy, así que me pareció haber tenido una revelación y comencé a esgrimirla como un niño que cree que un palo es una espada. Mas tarde me di cuenta de que la idea de “el arte por el arte” propuesta por Wilde pertenecía al cuerpo teórico de un movimiento artístico, que este había surgido como reacción y crítica a movimientos anteriores y que igualmente, movimientos posteriores lo habían criticado. El arte como objeto estéril aparece en un momento concreto (aunque luego ha tenido esporádicas resurrecciones) de la historia de la teoría del arte, con una razón de ser ligadas a un momento político y social concreto. Descubrir esto me desanimó bastante y por un tiempo estuve bastante deprimido. ¡Bendita ignorancia!
Aun así, no se si porque soy masoquista, tozudo o simplemente imbécil, el tema continuaba (y continúa) dando vueltas en mi cabecita. Entonces decidí reformular la cuestión en un planteamiento un poco mejor armado: ¿Es posible considerar la falta de utilidad del arte como una propiedad (no como una cualidad sino mas bien como propiedad en un sentido matemático) que se desprende de este (del arte) sin contradecir las actuales teorías artísticas?
Pero otra vez el resultado fue bastante desalentador, los pocos autores que hablan de estos temas son personas que escriben ensayos muy técnicos y complejos, y para entenderlos requieren de profundos conocimientos de ontología, semiótica, filosofía, etc los cuales yo no poseo. Pero a pesar de esto no abandoné el tema.
En Confesiones de un joven novelista, Umberto Eco plantea la dificultad de poder catalogar un texto como creativo o científico. Finalmente llega a la conclusión de que la diferencia ente uno y otro no es tanto el contenido del texto, como la libertad que tiene el lector de hacer una interpretación de este. Poniendo de ejemplo al mismo Eco, si yo cojo su ensayo Obra Abierta y digo: “El texto dice que la interpretación carece de criterios:” El autor me diría: “¡Vete a la mierda! ¡No has entendido nada!” En cambio, en su última novela El Cementerio de Praga (si no la habéis leído y tenéis intención de hacerlo pasar al siguiente párrafo porque os voy a joder el libro) y digo: “Cuando Simonini asesina a la chica judía sufre un trauma que divide su personalidad en dos, una que continúa siendo Simonini y una segunda que cree ser el abate Dalla Piccola. ¿Pero porqué el del abate? Porque Simonini siempre ha sufrido de un profundo vacío espiritual, por ello ahora su psique recurre a la imagen de un religioso.” Es posible que Umberto Eco no estuviese de acuerdo con esta interpretación del texto que es exclusivamente mía, pero le guste o no, muy difícilmente podría discutírmela.
Si damos por buena esta característica de los textos creativos podemos hacer una definición de arte que (creo) no contradice la semiótica actual. El arte es un mensaje entre emisor (artista) y receptor (público) que carece de conclusión y por tanto es libre de reinterpretarse desde diferentes perspectivas. ¿Es una definición correcta? ¿Al no contener un único e indiscutible mensaje carece de utilidad didáctica? ¿La multiplicidad de significados condiciona el mensaje hasta el punto de no poder considerarlo como tal? Podría ser, no estoy seguro. No lo se.
Por otro lado, supongamos que (independientemente de mi malograda definición) realmente el arte es inútil ¿Podría haber alguna evidencia que nos lo indicara? Podría. ¿De que habla un libro? ¿De que hablan todos los libros? Los libros hablan sobretodo y por encima de todo de otros libros. Encontrar un solo libro en todo el siglo XX que no contenga una sola referencia (explícita o implícita, intencionada o no) a otro libro, es una tarea virtualmente imposible. ¿Significa eso que se está cerrando un círculo? Eso parece, la reinterpretación de viejas imágenes y de significados estéticos provoca que estos se desvinculen del marco natural que los vio nacer y hace que pierdan su significado. Aunque todos los escritores del mundo, actuales y por venir, llegaran a un acuerdo por el que se comprometiesen a eliminar toda referencia a otros textos (incluso suprimiendo esos mecanismo de nuestra mente que hacen que actuemos inconscientemente) me temo que ya es tarde para volver atrás. Ellos cogieron la manzana pero somos nosotros los lectores quienes la hemos mordido, es nuestra mente la que está viciada, sabemos que existen esas conexiones entre los textos y aunque estas no existiesen nosotros las continuaríamos buscando como si fuesen el Santo Grial. Por ejemplo, yo soy culpable, yo que estoy escribiendo en el siglo XXI sobre el concepto de inutilidad del arte, porque este es un principio que apareció como reacción a una realidad social que a mi me es totalmente ajena y sin embargo lo estoy volviendo a plantear.
Aquí hay mucho que discutir y mucho que reflexionar, porque si esto es así estaríamos prácticamente obligados a reconocer que el compromiso artístico, es decir, creer que el arte es el camino para producir un cambio en la sociedad, simplemente ha fracasado. Pero antes de adoptar una posición tan morbosa, se puede plantear que el supuesto fracaso del arte hasta ahora no impide nuevos intentos y que a su vez, ese fracaso, decir que el arte no ha podido mejorar la sociedad, es “una realidad de psicoanalista.” Es una afirmación que puede ser totalmente cierta o totalmente falsa, no es demostrable ni refutable y depende de una elección personal.
Creo que ya es suficiente para ser la primera vez. ¿Qué puedo decir? No lo sé. No me toméis demasiado en serio. Yo no lo hago. See you.

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